Llora,
una madre llora al llegar la hora
de
pronunciar servicio militar.
Mira,
contempla y tiembla
esa
foto tierna de su hijo
que
se tiene que marchar.
Ella
que le había reñio
por
un tirachinas que se compró.
Hoy
le ponen en las manos
un
matahombres
y
le dicen que a cumplir
con
su obligación.
Al
despertar no escuchara
la
dulce voz de su madre
dándole
buenos días.
Escuchara
la fuerte voz
del
capitán y de una trompeta
que
le revienta el corazón.
Ay
que gran contradicción
si
no disparas te llaman
hombre
cobarde y hasta
te
meten una codena.
Con
veinte años de edad
te
enseñan a matar
¡mare
que pena!.
Hablan
de patria y hasta del honor
y
se atreven a decir
que
la bandera es la madre de to
incluso
creer en Dios.
Por
Dios que madre
no
hay mas que una
y
sepas que es
la
que me ha pario,
no
se equivoque jamás.
Y
aunque digan que la juventud
no
defiende colores
no
matamos a sueldo
como
hacen a veces
esos
señores.
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