sábado, 24 de noviembre de 2012

Los Pimpis de Caí - 1982 – Antonio Bustos Pavón

 


Como el que echa al mar su anzuelo,
aún mantengo la esperanza
de que entren barcos en puerto,
y no vivir de esta añoranza.

Llevo esta ciudad
tan dentro de mi,
que por mucho que me digan
que ser pimpi es mala vida
no puedo renunciar a ti.
Bien lo sabe Dios,
lo mio no es pasión,
 es tál el jambre de locura
que donde clava amargura
rosas brotan en tu honor.
Te llevo en el sentío,
Tacita mía, cuanto te quiero.
Ay, ay, ay, tus carnavales
me tien prisionero,
bendito sea el sinvergüenza
que con el alma canta a su pueblo.
Ay, ay, ay, Tacita mía cuanto te quiero.
Ay, ay, ay, tus carnavales
me tien prisionero,
bendito sea el sinvergüenza
que con el alma canta a su pueblo.

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