Con un beso siempre a flor de labios,
zapateando Cai se pasa la vida el bueno de Juan,
con su inseparable compañera
colgada del hombro, buscándose el pan.
Sirviendo a su pueblo instantáneas
de acontecimientos que hace inmortal.
¿Qué tienen tus manos que cualquier esquina
convierte en postal?
Cómo envidio tu suerte
de arrancarle al paisaje penas y alegrías,
y en un cuarto oscuro con arte y embrujo
le vuelves a dar vida.
Cuánto saben tus ojos de los goles del Carranza,
del Corpus y Tosantos, de los Carnavales y Semana
Santa.
Que sepan en el mundo entero que aquí no entró el
fanfarrón
porque no estaba allí Juman pa hacerle un retrato a
Napoleón.
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