Por marzo nacen las flores y a Cai le salen colores
pa toas sus penas, y por abril va y se empapa
de las buenas piriñacas de su sufrir;
mayo, paseo y Caleta, viendo su viejas arenas
tragar sus penas; junio, calor en su casa;
domingo, vamos a la plaza que hay que vivir.
Julio, ya llega el verano, vamos a la playa hermano,
que el mar nos trague; agosto, sol y trofeo
y el vaporcito del puerto en televisión;
septiembre, tristeza y playa y siestecitas que callan
velitos negros, y desde octubre hasta enero
Cádiz solita y en cuero; llega febrero
y ministros, esposas, partidos, su vaso de vino,
"ole, en Cai hay que morir",
se comen to nuestros sueños, dicen "ya hablaremos,
que estamos en febrero, y en febrero hay que reír".
Se va febrero y Cai se queda sola, sola con sus papelillos,
y llega otra vez marzo con sus flores y aquí no viene ni Cristo;
cantamos, se les pone buena cara, privilegios y mira, mira, es don Fulano,
y ellos después en el Congreso chupando sus dedos
de mierda otra vez pa todo el año.
de las buenas piriñacas de su sufrir;
mayo, paseo y Caleta, viendo su viejas arenas
tragar sus penas; junio, calor en su casa;
domingo, vamos a la plaza que hay que vivir.
Julio, ya llega el verano, vamos a la playa hermano,
que el mar nos trague; agosto, sol y trofeo
y el vaporcito del puerto en televisión;
septiembre, tristeza y playa y siestecitas que callan
velitos negros, y desde octubre hasta enero
Cádiz solita y en cuero; llega febrero
y ministros, esposas, partidos, su vaso de vino,
"ole, en Cai hay que morir",
se comen to nuestros sueños, dicen "ya hablaremos,
que estamos en febrero, y en febrero hay que reír".
Se va febrero y Cai se queda sola, sola con sus papelillos,
y llega otra vez marzo con sus flores y aquí no viene ni Cristo;
cantamos, se les pone buena cara, privilegios y mira, mira, es don Fulano,
y ellos después en el Congreso chupando sus dedos
de mierda otra vez pa todo el año.
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