Se cometen crímenes salvajes y nos cuesta trabajo creerlo
Ay,
Manolito, quién lo diría,
manoseando
tú la comía,
quién lo diría que por culpa del dinero
te volvieras carnicero pá tantísimas familias.
No hay ternera para los negros,
que se conformen con cuatro huesos.
Tú, que despides a to tus obreros;
tú, que recuentas tu puerca fortuna,
dime, ¿qué clase de hombre, Manolo, te has vuelto
que a los que mueren de hambre le das tu basura?
Permita Dios que muy pronto te veas
sin poder irte a la cama caliente,
y venga un niño negrito
y te diga sonriente:
cómase este trozo y que le aproveche,
¡disfrute la mierda que un día
mandó, mando a mi gente!
quién lo diría que por culpa del dinero
te volvieras carnicero pá tantísimas familias.
No hay ternera para los negros,
que se conformen con cuatro huesos.
Tú, que despides a to tus obreros;
tú, que recuentas tu puerca fortuna,
dime, ¿qué clase de hombre, Manolo, te has vuelto
que a los que mueren de hambre le das tu basura?
Permita Dios que muy pronto te veas
sin poder irte a la cama caliente,
y venga un niño negrito
y te diga sonriente:
cómase este trozo y que le aproveche,
¡disfrute la mierda que un día
mandó, mando a mi gente!
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