Pasao
el día los difuntos
comenzaban
a buscar
entre
todos los del grupo
un
lugar para ensayar.
Siempre
era el postulante
quien
sabia conseguir
encontrar
un lavaero
y
convencer a los vecinos
con
la condición de no armar jaleo.
Ay cantando allí pasaban la vida,
Ay cantando allí pasaban la vida,
ay
formando entre todos una familia
ay
dejando los vecinos hasta parné.
En
el patio se ensayaba luego
y
eran los vecinos los primeros
que
escuchaban letras y cuplés.
Que
aquí en Caí no habrá ni un monumento
más
grandioso en el recuerdo
que
esos torreones de mil pasodobles
que
eran nuestros lavaeros.
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