Cuando arrancó el primer grito la comadrona le dijo
"es un niño y es muy guapo" y ya tenía en la cuna
su ropita blanca luna, su babero y sus zapatos.
Pero cumplió nueve años y el día de los Reyes Magos
la alegría se torció: se abalanzó a una muñeca
y dejó la bicicleta que su pare le compró.
Siempre ocultando sus gustos por el que dirán,
que es preferible dos cuernos a ser homosexual.
Por esas cosas que pasan un día se enteró
que estaba condenaito a irse al cajón.
Desde niño tuvo que tragarse "fulanito es maricón"
O escuchar a su propia madre "
¡Dios mió que habré hecho yo!"
Como tantos en el mundo se tuvo que resignar
a sufrir cada segundo encerrao en un hospital.
su ropita blanca luna, su babero y sus zapatos.
Pero cumplió nueve años y el día de los Reyes Magos
la alegría se torció: se abalanzó a una muñeca
y dejó la bicicleta que su pare le compró.
Siempre ocultando sus gustos por el que dirán,
que es preferible dos cuernos a ser homosexual.
Por esas cosas que pasan un día se enteró
que estaba condenaito a irse al cajón.
Desde niño tuvo que tragarse "fulanito es maricón"
O escuchar a su propia madre "
¡Dios mió que habré hecho yo!"
Como tantos en el mundo se tuvo que resignar
a sufrir cada segundo encerrao en un hospital.
Hace un año que S. Pedro fue a su cuarto a visitarlo.
A él no lo mató el SIDA se murió el mismo día
que le cambiaron los pañales.
A él no lo mató el SIDA se murió el mismo día
que le cambiaron los pañales.
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