He
aprendió música con los nudillos,
y
no entiendo ni de acordes ni claves de fa,
pues
mi padre me llevaba de chiquillo
a
dar solfeo a la barra de un bar.
Soy
poeta sólo en el mes de febrero,
que
compone lo que siente en su interior,
yo
no entiendo de cuartetas ni sonetos,
solamente
pongo el alma en cada verso,
escribiendo
lo que dicta el corazón;
así
es como lo aprendí y por siempre he de seguir
haciendo
ese carnaval que llevo dentro.
Lo
siento, ay, lo siento,
pero
no puedo evitarlo, hago lo que yo he mamao,
lo
que de niño mi padre en la Viña me ha enseñao;
ay,
yo lo siento,
pero
aquí vuelvo otro año, a mi Tacita cantando
con
ese compás que ha ido de padres a hijos pasando.
Si
por hacer lo que me dicta el corazón
he
de morir entre el olvido y el fracaso,
no
me importa, yo sigo adelante,
siguiendo
al bombo en su compás,
cantando
hasta reventar
con
mi chirigota por las calles.
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