Donde tiene el alcalde
el gallinero han puesto un bingo,
allí van por las noches a jugar
hasta gente de la capital.
Yo estuve allí una noche
y ni siqueira trinqué una línea,
qué cartones más malos cogí,
nunca salía el dos,
ojú opá, ojú omá,
y perdí la chaqueta,
los calzoncillos y hasta el reloj.
Los zagales del pueblo
venían corriendo en patulea
porque en la huerta del tío Gaspar
un platillo han visto volar.
Nosotros con más miedo
que siete monos fuimos a verlo,
pero cuando llegamos al lugar
vimos con emoción,
ojú opá, ojú omá,
la boina de éste
que con el viento se le voló
Estribillo
Qué mala leche tiene
el alcalde de Zalamea,
y nosotros preguntamos a ustedes
¿lo tiramos al patio butacas?
siiiiii,
po no, ea.
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