sábado, 25 de agosto de 2012

Los Hindues - 1971 - Manuel Ariza - Jose L. Arniz





Una herida muy profunda nos dejó
que llevamos muy latente.
Fue el caso de ese estrangulador
que asesinaba consciente.
Primero la enamoraba
y luego que se saciaba,
mintiéndole de su amor, de sus placeres.
Para acabar volcándola con fuerza brutal
hasta el cuerpo sin vida dejar
a una enferma mental.
Pobre inocente, ¡que caro has pagado,
ese amor profesado al criminal valiente!.
Por mas que sacar sin entrañas asesino
por una muerte fatal no pagas tu vil delito.
Suponiendo que haya malas
eres peor que las fieras
cuando el macho hace el amor
la quiere pá compañera.
Quisiera decirte Antoñita
quisiera decir en mi cante una oración.
Quisieran que doblasen campanas,
que al viento son notas de desconsuelo
en la plegaria que dice
que descanse en paz en el cielo.

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