miércoles, 8 de agosto de 2012

Los gondoleros de Venecia - 1966 - Federico Rodriguez





Con el corazón transido
leímos aquella mañana
la inundación que ha tenido
ese pueblo de Chiclana.
A pesar de su desgracia
decían con emoción:
"aunque pasamos fatiga,
si nadie perdió la vida
démosles gracias a Dios".
Nadie les vieron llorar
aunque perdieron sus hogares,
en aquellos barrizales
trabajaban con afán.
Todos los que los escuchaban
muy asombrados decían las gentes:
"ese pueblo de Chiclana,
el que he visto más valiente".
Un niño con una pala,
quitando barro con gana,
a su madre le decía:
"no llores tú madre mía,
¡y arriba siempre Chiclana!".

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