Rabiando por cantar al público juncal
de esta bendita tierra donde yo nací,
a toda esta afición que con el corazón
acogió mis canciones haciéndome feliz,
pero la que también me entristeció una vez
cuando por San Fernando se me criticó,
mas todo lo olvidé
pues son tan sólo gajes de nuestra afición
De esta afición que me mata
por llevarla tan innata
dentro de mi cuerpo igual que un veneno,
que esta afición tan sentía
quita penas y alegrías,
que aunque yo quisiera dejarla no puedo,
que por mucho que me digan no quiero callar,
y por más que me maldigan no me rendiré.
Mientras que el cuerpo resista,
aquí estará el comparsista
cantando a su tierra
por más guerras que se le den.
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