miércoles, 2 de octubre de 2013

La botica - 1997 – Constantino Tovar Verdejo





Desde su enclave la Caleta
ha sido testigo de la historia,
entre romance y mareas
cuánto nos guarda su memoria.
Dentro la sal que en su mar flota
con la textura de su arena,
belleza quieta de las olas,
esa es la piedra ostionera.
Cuando el fenicio nos fundó
hizo de Cádiz un entramado de callejas
y sus cimientos los labró
con las entrañas de la piedra ostionera.
Después Cartago dio paso a Roma
y en su legado un circo dejó
basado en nuestra roca.
Si nos dijo el gran poeta
que un tesoro había en la orilla,
que vivían las mojarritas
bajo el agua como reinas,
como corresponde al rango
en su vida marinera
verían la roca ostionera
como si fuera un palacio.
Se te puede contemplar
cuando estás en bajamar
la leyenda al descubierto
que en tus poros se respira,
qué de versos y secretos
has guardado de noche
junto a las barquillas,
estandarte de una playa
monumento en piedra
que labró la orilla.

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