sábado, 13 de octubre de 2012

Caleta - 1980 - Antonio Martin García

 



Si alguna vez usted padece mal de amores,
o malos presagios de una enfermedad le viene,
y no encuentra cura en los sabios doctores,
no se desespere, no se desespere,
vaya a la Caleta una noche cualquiera,
verás que es igual que un sedante,
la brisa fragante que desprende el cielo,
pasee por su orilla, donde tantas barcas,
esperan remansas, a sus marineros,
siga usted el consejo, de un caletero viejo,
contemple el firmamento,
cuando la luna clara,
baja hasta su playa,
pa baña su club que de plata es la aguas,
alucine un momento,
escuchara un concierto bajo las estrellas,
cantos de sirenas, sirenas del alma,
que baje usted del mundo de su fantasía,
y beba hasta embriagarse de tanta hermosura,
dialogue con la noche, llora, ríe y goce pierda los sentíos,
si después de esto sigue usted funesto pobre amigo mio,
muérase tranquilo que su enfermea no tiene cura.

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