Leyendo el diario tuve un pensamiento
que me puso en duda si era bueno o malo.
Pasaron los días y el remordimiento
llegó a tal extremo como el que ha pecado
me fui para el convento de nuestra Patrona
y frente a su imagen quede arrodillado.
Con toda mi alma le confesé que si había faltado
por ser mal pensado del anuncio aquel:
Cádiz por su Patrona, necesita un manto nuevo
apoya con tu dinero que es para tu protectora.
Porque razón siempre se pide al obrero
mientras otros con el cuento
solo dan golpes en el pecho
presumiendo en procesión.
Vete tranquilo con ese pecado mortal
y purga por penitencia
diez coplas de Carnaval.
¿Para que quiero un manto nuevo,
si el pueblo en cada oración
me pide que les ayude
a salir de la miseria, paro y desesperación?
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