sábado, 13 de octubre de 2012

Caleta - 1980 - Antonio Martin García

 



Se volvió en la puerta de la factoría
cunado se marchaba con sesenta y cinco años.
Él nunca lloró pero en tan triste día
Juan se va llorando, Juan se va llorando.
Fluyen en su mente miles de recuerdos,
recuerdos de un joven obrero
rebelde y sincero,
honrao y valiente
que parte de su vía
la dio trabajando
y al tiempo luchando
por algo decente.
Sólo son recuerdos
vencidos por el tiempo
oh, oh, oh.
Sesenta y cinco años
le estallan en el alma
y rompen sus entrañas
pues bien sabe él
que es el fin de un obrero.
Sesenta y cinco años
hoy le hacen fracasao,
solo y acabao
y sentirse igual
que un perro callejero.
Cuánto echará de menos
la juerga en el patio
y aquellos compañeros
que con él luchaban.
Se mira en una mano
el reloj que la empresa
hoy le ha regalao,
felicitaciones,
halagos y honores
para un jubilao
que todo lo dio
pa recibir una triste paga.

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