martes, 20 de agosto de 2013

La ventolera -1994 – Antonio Martínez Ares




Después de cuatro años esperando cama
a la pobre Manuela le vino la muerte.
Usted no tenga prisa, que un día le avisan,
siempre le decían,
y se iba pá la Viña, tan vieja y tan niña,
y allí se dormía al lao de su Pepe, su Pepe.
Después de cuatro años guardando esperanzas,
la Manuela del barrio se fue pá siempre.
Allí dejo sus penas,
su Palma y su moreno de Misericordia,
allí dejo vaciítas las tardecitas de casapuerta,
sus flores y su Caleta, su agüita quieta
que era su gloria.
Se fue Manuela
porque no había cama pá curar su dolor.
Ay, el día de su muerte
vino el presidente de Andalucía
y cogió la cama que ella no tenía,
qué suerte que tuvo, Dios mío.
Qué pena que nadie tuvo dos huevos
pá contestarle:
lo siento en el alma, querío compare,
aquí si no hay pá Manuela
no hay pá Manolito, pá Manolito.

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